Una semana por Cusco con muchas experiencias, incluidos un encuentro espiritual con la Pachamama y una bicicleteada cuesta arriba hasta Saqsaywaman.
¿Cusco otra vez? La respuesta es totalmente afirmativa. Es la tercera vez que la visito en la última década y la verdad es que cada año hay mucho por conocer o descubrir en esta mágica ciudad. La ventaja de tener familia cusqueña hace que todo sea mucho más fácil, no solo con el hospedaje, sino también con los datos de cómo moverse, dónde comer y los datos de los precios de los lugares a visitar; aunque en esta oportunidad no pude visitar a mis familiares por prevención de infección del virus tanto para ellos como para mí. Como durante todos los años que estamos juntos, este viaje lo hice junto a Grace, mi enamorada. Y esta es mi primera publicación acerca de nuestros viajes. Espero poder darme un tiempo para ir posteando los anteriores viajes que tuvimos, que también fueron impresionantes.
Planificando el viaje
Lo primero que hicimos fue definir a dónde íbamos, estábamos en duda entre Piura, Cusco o Puno. Luego de ver las opciones y los costos, decidimos ir a Cusco. La ventaja que tuvimos fue que los pasajes nos salieron casi gratis. En el caso de Grace, ella lo pagó con millas LATAM Pass que tenía con su tarjeta de crédito BCP (solo pagó los impuestos del vuelo); en mi caso, lo pagué todo con las millas Benefit de Interbank, incluidos el viaje y los impuestos. Suelo hacer un checklist de lo que llevo a mis viajes previo al vuelo, aquí se los dejo por si es de utilidad:
Sandalias | Chicle (calentador para las piernas) | Calentador (pecho y brazos) |
Lentes de sol | Casaca impermeable | Desodorante y colonia |
Pantalones | Ropa para dormir | Cepillo y pasta dental |
Ropa interior | Máquina de afeitar | Mascarillas y facial |
Chompas | Boletos de ingreso a Machu Picchu | Boletos de vuelos |
Guantes | Cargador de celular | Tarjeta de crédito |
Efectivo | Pastillas para mal de altura | Canguro |
Polos | Casacón | Toalla de microfibra |
Chalina | Chullo | Gorra |
DNI | Jabón | Bloqueador |
“Cada año hay mucho por conocer o descubrir en esta mágica ciudad (Cusco).”
En dos noches pudimos establecer una rápida planificación de los lugares que visitaríamos en #Cusco y en base a eso compramos desde Lima los hospedajes, boletos de entrada a #MachuPicchu, Airbnbs, etc. Muy pocas veces solemos coger tours para los viajes, así que esta vez no fue la excepción y decidimos armar el viaje por nuestra cuenta. Debido a la pandemia y a manera de prevención, decidimos movilizarnos en Cusco no en combis o colectivos, sino contratar movilidades particulares allá mismo, ya sea por tramos o por días.
Día 1: Del aeropuerto directo hacia Urubamba
En nuestra planificación, decidimos pasar los dos primeros días en #Urubamba, así que ni bien salimos del aeropuerto de Cusco fuimos hacia la plaza directamente a tomar desayuno. La altura no nos chocó mucho así que pudimos caminar un poco y pasear por la Plaza de Armas. Después de esto, salimos en búsqueda de la compra de boletos de tren hacia #AguasCalientes. La estación de Perú Rail de #SanPedro estaba cerrada debido a que era feriado (29 de julio) y nos dijeron que en #Wanchaq sí estaban atendiendo, así que nos fuimos para allá y compramos la combinación de trenes más baratos para el día que habíamos pensado ir a Machu Picchu: el resultado fue el tren Perú Rail #Expedition a $ 122.00 por los dos, ida y vuelta (no había tickets de tren local por la alta demanda).
Luego, averiguamos de dónde salían los autos o buses hacia Urubamba y al llegar, contratamos una movilidad para que nos lleve solo a los dos. El costo fue de 75 soles desde Cusco hacia Urubamba. Dos horas después estábamos en la Plaza de Armas de Urubamba, buscando el hotel que ya habíamos reservado previamente desde Lima (Hotel Andes de Urubamba). Una vez alojados, salimos a comer y habíamos visto en TripAdvisor un restaurante llamado El Huacatay, consultamos en el hotel y nos lo recomendaron. Recuerdo que yo comí pasta con hongos y langostinos y Grace pidió un lomo saltado mixto (pollo, carne y alpaca), todo muy bueno. Por la noche, salimos por pizza a Quinua y luego, a descansar.
Día 2: Hacia Maras en cuatrimotos
Al día siguiente, luego del desayuno, salimos a conocer la ciudad a pie. Fuimos a la plaza. al mercado, a una de las calles colindantes a la plaza muy comercial (no recuerdo el nombre) y paseamos por casi toda el pueblo de Urubamba. Durante la mañana estuvimos buscando opciones para ir a #Maras (a 20 minutos de Urubamba) y pasear en #cuatrimotos. No logramos encontrar cómo llegar hasta que decidimos ir hacia la carretera y buscar una movilidad para que nos lleve y nos traiga por la tarde/noche. Allí encontramos a Marco, de Taxi Tours D'Marc (+51 914391285), quien nos llevó hacia Maras ida y vuelta y nos esperó mientras estuvimos en las cuatrimotos. Además, nos llevó a las salineras, sin ningún cargo extra alguno. La entrada a las salineras de Maras nos costó 10 soles por persona. El costo de las cuatrimotos fue de 85 soles por persona, incluidos los implementos de seguridad y la capacitación de su uso (ATV Cusco Adventures).
Día 3: Conociendo Machu Picchu Pueblo (Aguas Calientes)
Por la mañana del sábado 31/07 salimos del hotel caminando hacia la estación de autos y buses que van hacia #Ollantaytambo. Nos habían dicho que la estación quedaba al frente del Estadio Municipal de Urubamba, alrededor de unas 12 cuadras de distancia desde la plaza. Al llegar, encontramos colectivos que cobraban 2.50 soles por persona. Sin embargo, para viajar más seguros para no contagiarnos por el Covid-19, nos fuimos en un auto que nos cobró 20 soles hasta la Plaza de Armas de Ollantaytambo. Una vez allí, fuimos hacia la entrada a la ciudadela y tomamos desayuno cerca a las ferias artesanales justo ahí en la entrada. Después, caminamos hacia el paradero de trenes de Perú Rail para embarcarnos en el Expedition.
Poco menos de hora y media pasamos viajando en el tren y llegamos a Machu Picchu Pueblo. Para mí, la tercera vez. Para Grace, la segunda vez, que en realidad era como si fuera la primera ya que se acordaba muy poco de Aguas Calientes cuando viajó con su promoción en la secundaria. Teníamos reservado un hospedaje y al final por un inconveniente nos lo cambiaron y terminamos hospedándonos esa noche en el Apu Inti, ubicado a una cuadra de la Plaza de Armas de Machu Picchu Pueblo. Esa tarde se jugaba el clásico femenino del fútbol peruano y el resultado fue un empate. Por la noche, fuimos al restaurante italiano Incontri y luego compramos los boletos de bus de subida y bajada a la ciudadela de Machu Picchu y contactamos con Alexander (+51 953376939), un guía oficial de turismo para que nos cuente un poco sobre la historia de MaPi al día siguiente. El costo del servicio de guiado fue de 20 soles por persona.
Día 4: Machu Picchu (otra vez)
Este día inició con un desayuno en al Apu Inti y recargamos las energías, pues durante las siguientes horas empezaría nuestra ruta hacia #MachuPicchu. Cerca de las 11 am nos encontramos con el guía en la plaza principal y luego cogimos los buses de subida a la #ciudadela. En total, pasamos casi 3 horas y media con Alexander, entre fotos, consultas y conociendo mucho sobre la historia de Machu Picchu y Cusco en general. Por supuesto, el guía quedó encantado con todas las preguntas que le hicimos y también se llevó algunas otras como tarea, preguntas relacionadas a la espiritualidad y religión de la cultura incaica. Después de algunas fotos en 180 ° (con el sello característico de Alexander), bajamos a la ciudad aproximadamente a las 05:30 pm y descansamos un poco.
Ya en el pueblo, caminamos un poco por el mercado, fuimos hacia las aguas calientes (no llegamos a ingresar) y buscamos algún lugar para comer antes de partir en el tren hacia #Ollantaytambo. El lugar elegido fue el Mapacho Graft Beer, un excelente lugar ubicado al lado de las rieles del tren, en donde comimos unas buenas hamburguesas y la atención también fue muy buena. Al ver que llegaríamos tarde a Ollantaytambo esa misma noche y luego partiríamos rumbo a #Lamay, decidimos hospedarnos en Ollanta y partir al día siguiente hacia nuestro nuevo destino. Mientras comíamos las hamburguesas, encontramos por #Airbnb el hospedaje Apu Qhawarina, preciso y suficiente para pasar la noche. Entonces llegamos a la estación de retorno y nos dirigimos hacia él. Recuerdo mucho que el frío de Ollantaytambo era inmenso a esas horas de la noche.
Día 5: Día espiritual: Pago a la Pachamama
Al día siguiente, el 2 de agosto, salimos a desayunar a la Plaza de Ollantaytambo y luego partimos rumbo a #Lamay, un distrito ubicado al norte de la ciudad de Cusco. Habíamos contratado a una movilidad para que nos movilice hasta allá con mayor seguridad debido a que había que hacer muchos trasbordos para llegar por nuestra cuenta. Al llegar al hotel en donde sería la ceremonia del pago a la tierra, nos encontramos con Constanza, una abuela aymara encargada de llevar a cabo la sesión. En lo particular, fue una de mis primeras experiencias de este tipo y compartí con muchas otras personas la energía de la cultura aymara e inca y esa sensación de agradecimiento por el cual día a día tenemos nuestros alimentos gracias a la #Pachamama.
La ceremonia fue al aire libre, un lugar muy bien ambientado y con algunas ofrendas como frutas, semillas, dulces, flores y otros como forma de pago. Fue un gran momento de reflexión y estuvimos en contacto con la naturaleza en todo su esplendor, a plena luz del día. También aproveché un momento para practicar la meditación en ese lugar, todo muy tranquilo y apaciguador.
Después de la ceremonia partimos hacia Cusco, nuevamente con una movilidad particular y fuimos hacia el hospedaje que previamente habíamos reservado por Airbnb (Hotel Pensión La Alemana), un lugar muy bonito y limpio en donde pasamos los siguientes días de estadía en Cusco, ubicado exactamente en el barrio de #SanBlas. Ya hospedados, por la noche salimos en busca de comida y encontramos el restaurante El Truco, en donde comimos trucha y lechón.
“Fue un gran momento de reflexión y estuvimos en contacto con la naturaleza en todo su esplendor, a plena luz del día.”
Día 6: Cusco hacia Saqsayhuamán en bicicleta
Al despertar, rápidamente buscamos opciones para buscar alquilar bicicletas y pasear por la ciudad. Después de unos minutos buscando por Google, encontramos el contacto de Eduardo de Alquiler Bicis Cusco, con quien finalmente tomamos el servicio de alquiler. Su local se encuentra muy cerca al #EstadioGarcilaso del Cusco, a unos 15 minutos de la Plaza de Armas. El costo fue único por todo el día y había desde los 15 hasta los 25 soles, dependiendo de las características de las bicicletas. Una vez tomamos alquiladas las bicicletas, recibimos de Eduardo 2 mapas ya establecidos con las rutas para llegar hacia los miradores cercanos de la ciudad, #Saqsaywaman, #Qenqo, el mirador del #CristoBlanco y otras zonas aledañas a las partes altas cercanas al Centro Histórico de Cusco.
Después de pasarnos casi todo el día en camino cuesta arriba, pudimos llegar y visitar los lugares antes mencionados, con mucho esfuerzo ya que todo el camino es de subida desde el lugar de origen, el local de alquiler de Eduardo. En el camino de bajada de nuestra ruta, aprovechamos para almorzar en La Casona del Inka, un restaurante que en mis viajes anteriores a Cusco ya había visitado y esta vez llevé a Grace para que conociera y de alguna forma despedirnos de la ciudad con una comida típica. Grace pidió costillar y yo chicharrón y luego seguimos nuestra ruta de regreso para devolver las bicicletas. Recuerdo que manejar bicicleta de noche en Cusco fue un poco complicado por el tráfico y también por la falta de señalización y ciclovías. Al fin de cuentas, fue una excelente experiencia la de las bicicletas en Cusco.
“... manejar bicicleta de noche en Cusco fue un poco complicado por el tráfico y también por la falta de señalización y ciclovías.”
Día 7: Retorno a Lima
Último día en Cusco (de este viaje). Antes de partir al aeropuerto, pasamos por el Mercado San Pedro para hacer las compras de café, chocolate, panes, queso, souvenirs, etc para llevar a Lima. Sin duda fue uno de los mejores viajes en pareja junto a Grace, sobre todo porque disfrutamos cada día en todas las actividades que planificamos. A pesar de no ir a los tours clásicos por prevención del Covid (este lo decidimos antes de viajar a Cusco), los días fueron maravillosos y de muchos recuerdos.
¡Volveremos pronto, estoy muy seguro de eso!
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